lunes, 10 de enero de 2011

Mucha ElecTRONica Aplicada: Tron: El Legado

La secuela del gran film de ciencia ficción desarrollado por Walt Disney Pictures en 1982 es una pieza moderna dentro del campo de películas para jóvenes y adultos. Historia renovada pero manteniendo las mismas características y features de su primera parte, Tron: El Legado ofrece a los espectadores un film completo de fantasía electrónica cargado de acción, efectos especiales para destacar y música muy personal dentro de un diseño de producción que continúa justamente el legado de hace 28 años pero lo tecnifica y amplía respetando los límites de la historia y las posibilidades dentro del marco del mundo electrónico que había iniciado. En lo personal desconocía aquel film de 1982 en el cual uno de los más grosos ingenieros de software de la empresa ENCOM se introducía accidentalmente en una red de programas, supuestamente controlada por usuarios externos, pero que en realidad se hallaba manipulada por un vil controlador maestro interno que haría cualquier cosa por obtener el completo dominio de ese laberinto cibernético. Fue a partir de la publicidad de esta segunda parte que investigué sobre esta nueva franquicia de Disney que recién inicia. Vi entonces el film original de la década de los ’80 el día previo a disfrutar de Tron: El Legado, por lo que puedo establecer un contraste que noté en varios aspectos de ambos films.

En cuanto a la actuación de sus protagonistas, la innovación ochentosa de los efectos visuales que aún parecían dibujos animados habían dejado en segundo plano la importancia de la expresión escénica en actores de la talla de Jeff Bridges, como pasó con tantos films de aquel tiempo. Pero en la reciente entrega una buena actuación pudo haber marcado una diferencia, y, como es de prever, no se puede esperar una gran actuación en un film de Disney del género ciencia ficción, por lo tanto solo he rescatado la participación de Olivia Wilde como Quorra en lo que respecta al acting. Jeff Bridges, a pesar de haber sido nominado a un reciente Oscar en este film mantiene una interpretación fría en su personaje de Kevin Flynn, aunque cabe destacar el logrado contraste facético de las personalidades de ambos papeles que le tocó realizar, tanto el del héroe retirado como el del villano en pleno auge, el programa independentista Clu. Garret Hedlund denota grandes aires de querer establecer este film como un punto de partida hacia proyectos futuros luego de un fracaso llamado Eragon, film en el cual interpretaba a un personaje secundario previsto a ser un enemigo del protagonista en las futuras secuelas, aunque no pasó de un epílogo en los títulos finales.

La historia es conmovedora si se la ve como una película familiar sobre la unión de los afectos para lograr un objetivo pero en lo que respecta a un romance típico del héroe con la chica linda de la película no se logró absolutamente nada. Quizás, pienso yo, estén guardando este segmento de la historia para futuras ideas y realizaciones.

El diseño artístico del film tiene una producción sin precedentes. El contraste luz-oscuridad a lo largo y ancho de toda la película sumerge a cualquier espectador en una constante sensación de arquitectura y vestuario con un claroscuro futurista que distingue perfectamente el bien con una luz blanco-azulada y el mal con un tono más anaranjado, resaltando los dos bandos enemigos durante todo el tiempo que transcurre en la red. Debo decir que para un máximo disfrute de esta película es necesario verla en formato 3D, en lo posible en IMAX Theatre si aún la encuentran en cartelera.

La música es otro de los condimentos que mejoran aún más el contexto de luces y oscuridades continuamente marcadas. Daft Punk logra en la música un tono clásico de films de suspenso de la era moderna asemejándose a las composiciones de la nueva generación Batman de Christopher Nolan musicalizada por Hans Zimmer, pero al mismo tiempo deja en claro su tono propio de música electrónica-disco incluso haciendo un cameo como Dj’s. Los acordes que remiten a “Batman: El Caballero de la Noche” y “El Orígen” de Nolan acompañados de sonidos electrónicos que se asemejan en ciertos momentos a las clásicas máquinas de videojuegos de fichines mantienen y realzan en varias oportunidades el clima del film en su totalidad, tanto en la red como en el mundo real.

Otros detalles como los discos, la máquina a través de la cual Sam Flynn (Garret Hedlund) se transporta digitalmente a la red o las máquinas reconocedoras que busca y transporta programas sospechosos o requeridos por Clu mantienen casi el mismo diseño de Tron (1982), Las motocicletas, o la ausencia de los ridículos cascos del primer film, por otro lado, fueron parte de las modificaciones realizadas en esta nueva entrega, que mantiene lo clásico de su predecesora pero al mismo tiempo renueva lo justo para adentrarse en la nueva camada de películas de ciencia ficción que deja al espectador con la boca abierta, sobretodo en escenas que combinan tan bien el montaje con los efectos especiales como la batalla de los discos y la ya mítica escena de la carrera de motos.



Con un cercano parecido simbólico a Leeloo (Milla Jovovich) de El Quinto Elemento, el personaje de la bella Quorra es una heroína y personaje clave en la continuación de Tron (1982).

La carrera de motos, una de las imágenes más representativas del film Tron: El Legado.




Por Ricardo E. Bolzán.

10 de Enero de 2011.